"Claudio Tamburrini fue secuestrado por un grupo de tareas el 23 de noviembre de 1977, cuando era arquero de la primera división de Almagro. Trasladado a la Mansión Seré, un centro clandestino también conocido como Atila, bajo la jurisdicción de la Fuerza Aérea con asistencia de la Policía Bonaerense de Castelar, soportó torturas y un especial ensañamiento con él. "Así que vos sos el arquero de Almagro: bueno, atajate esto", le repetían, antes de lanzarle un aluvión de trompadas. El 24 de marzo del 78, logró ,junto con otros tres detenidos, abrir una ventana con un tornillo, levantar una persiana y descender desde un balcón atando colchas.
Desnudo, esposado y golpeado por la caída, logró correr por las calles y esconderse. Era el comienzo de una fuga compleja que continuó en las calles de Morón. "Fue una decisión desesperada, pero muy bien planificada", declararía muchos años después. Aquella madrugada pudo escaparse con Guillermo Fernández, Daniel Rusomano y Carlos García. Luego, pasaron meses en los que vivió en la clandestinidad, sin animarse siquiera a pisar la calle. Días extraños: vio el Mundial 78 a escondidas y, poco después, cuando la euforia futbolística se adueñó del país, logró viajar a Estocolmo, Suecia, en donde retomó la carrera de Filosofía, que ya cursaba en la Universidad de Buenos Aires. Una vez doctorado, comenzó a dar clases en la Universidad de Gotemburgo.En junio de 1985, dio su testimonio en el juicio a las Juntas".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario